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Comité de Patronage con Javier Sánchez-Prieto, CEO de Vueling

Javier Sánchez-Prieto es presidente y consejero delegado (CEO) de Vueling, cargo que ocupa desde marzo de 2016, momento en que pasó también a formar parte del Comité de Dirección del grupo IAG. Es de Villatobas (Toledo) y tiene 49 años. Es licenciado en Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense e Ingeniero Técnico Aeronáutico por la Universidad Politécnica de de Madrid. Además, tiene un programa de Desarrollo Directivo en ESADE.

El desayuno contó con la presencia de más de 40 empresarios. Sánchez-Prieto repasó la situación del sector y destacó la importancia de Francia para su compañía. En este sentido, subrayó el papel de la Cámara Francesa, que al igual que Vueling, apuesta por estrechar lazos entre ambos lados de los Pirineos.

Vueling es líder en el tráfico aéreo entre España y Francia, con un 27 % de la cuota de mercado. En la capital catalana, el porcentaje de dicha cuota alcanza el 56 %. Después de España, Francia es su segundo mercado. Para el verano de 2019, contará con 5 millones de asientos a la venta para el mercado francés y 3,5 millones en el mercado español con destino a Francia.

Sánchez-Prieto continuó su intervención citando algunas cifras sobre International Airlines Group (IAG) -al que pertenecen Iberia, British Airways, Aer Lingus y Vueling- que cuenta con 600 aviones y 64.000 empleados. IAG ha apostado siempre por el desarrollo de sus distintas marcas y por una gestión centralizada, aunque con distintos modelos de negocio y mercados. Vueling cuenta en su flota con 120 aviones. En 2018, la compañía embarcó a 80.000 pasajeros diarios, que, aunque haya sido todo un privilegio, también ha conllevado ciertas complejidades a nivel de gestión. La firma low cost, con sede en Barcelona, es fruto de la fusión -en 2006- de Vueling y Clickair. Desde entonces, “nuestra compañía ha puesto su granito de arena para mejorar la conectividad de Barcelona y de Cataluña, así como mejorar el desarrollo económico vía el turismo, pero también a través de otras vías”.

Para Vueling, el cliente siempre debe estar en el centro de todos los procesos, apostando por el desarrollo de la tecnología y la innovación. Desde sus innovation labs en Barcelona y Zaragoza, llevó a cabo -en 2018- alrededor de 1.100 proyectos, de los cuales la mitad se lanzaron en el comercio electrónico y en la app de la compañía.
“Humildemente, queremos liderar los cambios en el mundo de la aviación en Europa”, reconoció el directivo.

También hizo hincapié en la importancia del sector aéreo para el desarrollo económico de los territorios, es decir, para la creación de riqueza y de puestos de trabajo. La industria aérea representa únicamente el 3,5 % del PIB mundial, aunque sumado al turismo llega a casi el 14 %. Aproximadamente, el 60 % de los turistas utilizan el transporte aéreo. En España, esos datos se multiplican, llegando al 80 %.

Aunque 2018 ha sido un año duro, reconoció, Vueling ha sido capaz de bajar los precios y tratar de estimular la demanda. El aeropuerto barcelonés de El Prat pasó de tener 30 millones de pasajeros en 2006 a 50 millones. Este desarrollo ha sido posible gracias a la apuesta de las compañías aéreas por Barcelona, al atractivo de la ciudad y a la potencia de su tejido industrial.

A pesar de ello, “aún existen algunos retos a los que las compañías aéreas deben enfrentarse en Barcelona y en Cataluña”. El aeropuerto barcelonés está muy cerca del nivel de saturación. “Vivimos tiempos turbulentos y es complicado tomar decisiones y ejecutarlas sobre temas que no sean de candente actualidad”. El CEO de Vueling prosiguió que no hay un debate serio sobre el estado de las infraestructuras a largo plazo, a pesar de existir grandes limitaciones y que cualquier proyecto de mejoras estructurales debe enfrentarse a periodos largos de concurso público, de impacto medioambiental, etc.

Asimismo, recordó que “tenemos un espacio completamente fragmentado y obsoleto”. Aunque en la actualidad la tecnología nos brinda muy buenas herramientas para poder controlar perfectamente el tráfico, se siguen manteniendo centros de control divididos en sectores y con diferentes frecuencias, lo cual dificulta su gestión. En consecuencia, con un crecimiento del 3,8 % del tráfico aéreo, el número de retrasos causados por el control del tráfico aéreo en Europa se multiplicó por dos en 2018. La solución a este problema es apostar por un “cielo único”, algo que parece no convencer a los distintos gobiernos europeos.

Hoy en día, el 20 % de los retrasos en los vuelos son causados por las compañías aéreas (por averías, falta de tripulación, etc.). El resto de las causas (el 80 %) son ajenas a las aerolíneas: problemas de congestión del tráfico aéreo, limitaciones de los aeropuertos, así como el “efecto cadena”. “Las aerolíneas -al igual que los pasajeros- también son víctimas de estos retrasos”, recordó.

Para hacer frente a dichos problemas, las aerolíneas deben invertir en recursos. Por ejemplo, Vueling ha apostado por revisar los tiempos -con escalas más largas en los aeropuertos y un tiempo de vuelo mayor-, aumentar el volumen de aviones de reserva, dotar de más supervisores propios los aeropuertos para gestionar las posibles incidencias, contratar más pilotos y tripulantes de cabina, así como por un mayor desarrollo tecnológico para mejorar la autogestión de incidencias y brindar al cliente una comunicación más fluida.

El CEO de Vueling acabó su intervención respondiendo a algunas preguntas de los asistentes, que posteriormente pudieron conversar con el invitado y disfrutar de un agradable momento de networking.

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