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Almuerzo con Miquel Sàmper, Conseller d'Empresa i Treball

El Conseller d’Empresa de la Generalitat de Catalunya, Miquel Samper, participó en un acto organizado por la Cámara de Comercio Francesa en el que se reunieron más de cincuenta filiales francesas implantadas en Cataluña. El encuentro, presidido por David Cabero y con la presencia del director general Christian Marion, puso de manifiesto la fortaleza de las relaciones económicas entre Francia y Cataluña, así como el papel estratégico de la colaboración público-privada en un contexto global marcado por la incertidumbre geopolítica.

Una relación económica sólida y consolidada

Durante su intervención, Samper recordó la larga trayectoria de Cataluña en el ámbito de la internacionalización económica. Desde los primeros años de la democracia, la Generalitat apostó por abrir oficinas en el exterior, con París entre las primeras, un paso que contribuyó a posicionar Cataluña como un actor económico relevante a nivel europeo.

Los datos actuales refuerzan esa posición. Cataluña cuenta hoy con:

  • 520 empresas catalanas implantadas en Francia.
  • 4.400 empresas exportadoras regulares hacia este mercado.
  • 467 millones de euros invertidos en Francia en los últimos cinco años.
  • Y, en sentido inverso, 2.172 millones de euros de inversión francesa en Cataluña, lo que representa el 22,5 % del total de la inversión francesa en España.

Samper destacó que estas cifras no solo muestran una relación comercial intensa, sino una interdependencia económica basada en la confianza mutua. Francia es, de hecho, uno de los socios estratégicos más relevantes para Cataluña, tanto por la magnitud de la inversión como por el número de empresas implantadas en el territorio.

Un mensaje claro: Europa necesita reforzar su soberanía económica

En un análisis más amplio, el Conseller situó la situación económica europea en un momento de “complejidad” debido a las tensiones globales: desde las guerras arancelarias entre Estados Unidos y China hasta el avance de potencias emergentes, especialmente en sectores tecnológicos y estratégicos.

Samper alertó de que Europa “no pasa por su mejor momento”, y subrayó la necesidad de recuperar la capacidad de liderazgo industrial y tecnológico. Insistió en que la Unión Europea debe avanzar hacia una soberanía estratégica, que permita producir en su propio territorio elementos clave como semiconductores, inteligencia artificial o desarrollos químicos avanzados. En caso contrario, afirmó, Europa corre el riesgo de depender excesivamente de agentes externos en sectores fundamentales para su bienestar y competitividad.

El valor de la colaboración público-privada

Uno de los ejes centrales de su intervención fue la importancia de la colaboración público-privada, que definió como una herramienta esencial para avanzar en competitividad, innovación y bienestar.

Como profesional del derecho con una trayectoria de cinco décadas en el sector privado antes de incorporarse a la política, Samper subrayó que entiende profundamente la necesidad de una cooperación efectiva entre ambos mundos. Para él, la colaboración público-privada no es solo un mecanismo administrativo, sino una relación orgánica y bidireccional, donde el sector privado impulsa la economía y el sector público genera las condiciones adecuadas para que ese impulso se traduzca en progreso social.

Acompañamiento a las empresas ya consolidadas

Más allá de la captación de nueva inversión internacional, Samper quiso poner en valor el papel de las empresas que llevan años establecidas en Cataluña. Señaló que estas compañías —muchas de ellas francesas— no solo generan riqueza y empleo, sino que actúan como verdaderos “embajadores económicos” del territorio.

Por ello, destacó la importancia de un acompañamiento continuado por parte de la administración: facilitar su crecimiento, atender sus necesidades específicas y ofrecer un entorno estable y competitivo que incentive su permanencia y expansión. Este enfoque, dijo, es esencial para construir una economía robusta y resiliente a largo plazo.

Concertación social: un valor diferencial de Cataluña

El Conseller dedicó una parte final de su intervención a explicar un elemento clave del modelo catalán: la concertación social, es decir, la capacidad de empresas, sindicatos y administración para trabajar conjuntamente y alcanzar acuerdos. Samper destacó que esta cultura del diálogo social ha permitido resolver conflictos, evitar huelgas prolongadas y crear un clima de estabilidad muy valorado por los inversores internacionales.

Como ejemplo de éxito empresarial con impacto social, citó el caso de Cellnex, que en apenas diez años se ha convertido en uno de los principales inversores españoles en Francia y un actor clave en el sector de infraestructuras de telecomunicaciones. Para Samper, este tipo de trayectorias demuestra que detrás de cada inversión hay también un impacto directo en generación de empleo y en la mejora del bienestar colectivo.

Un cierre marcado por el reconocimiento al tejido empresarial

Samper concluyó su discurso agradeciendo a los empresarios —franceses, catalanes y de cualquier origen— su papel esencial en la generación de riqueza, empleo y bienestar. Reiteró su plena disposición, a través de la Cámara de Comercio Francesa, para seguir ampliando y fortaleciendo esta relación económica, y para trabajar conjuntamente en la construcción de una Europa más fuerte, más autónoma y más competitiva.

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